Folclore Argentino


La historia del folclore argentino lleva arraigada la influencia de los misioneros que llegaron a América en la época de la cristianización de los pueblos indígenas y la influencia de los esclavos llegados del África, con sus sonidos autóctonos. A eso hay que sumarle también, otros movimientos migratorios posteriores, que también traían consigo su cultura, costumbre y tradiciones.

Esta mezcla de ritmos, fue abriéndose paso por todo el territorio argentino, y de sus mezclas derivaban estilos musicales que se arraigaban en cada región como la expresión característica de ese ámbito.
Durante el siglo pasado, distintos intérpretes de cada región fueron moldeando los diferentes estilos que se convertirían en los más populares de nuestra música popular. Esto, en cierta parte, no fue muy positivo. Porque también quedaron en el olvido otros estilos y danzas, que algunos hoy luchan por reflotar.
Haciendo una recorrida apresurada en la historia del folclore argentino, nuestra música comienza a nacer, como ya dijimos, con la influencia de los misioneros. Esto ocurría en el siglo XVI, cuando Juan Gabriel Lezcano (Nuño Gabriel) llega a Buenos Aires junto a don Pedro de Mendoza, y reúne a los indígenas del lugar y comienza a enseñarles nuevos cantos, con los cuales intentaría "civilizarlos". Pero la primera provincia en recibir el aporte cultural hispano sería Tucumán, donde los indígenas de la zona recibirían de los misioneros llegados al lugar la influencia de su música.
Ya en el siglo XVII, la música, la danza y el canto alcanzarían un progreso más que interesante, varias provincias del territorio nacional comenzarían a organizar reuniones donde predominan todas estas formas de expresión artística. A esto hay que sumarle la cantidad de instrumentos que ya en esa época existían. 
En el siglo XVIII se intensifica el aporte europeo a través de calificados músicos que llegan a estas tierras, con nuevos instrumentos, partituras y libros de música. Pero en este siglo también comienza a haber una influencia, pequeña, pero importante, de los esclavos, que con su música traída del África, darán un aporte importante a la música popular.
El siglo XIX es el momento cúlmine de nuestra música popular. Más allá de la creación del Himno Nacional y del Teatro Colón, comienzan a surgir las primeras orquestas y coros que difundirán por todo el territorio nacional lo que será nuestra música folclórica.
Con la llegada del siglo XX, comienzan a surgir grupos representativos de cada región de nuestro país, interpretando nuestra música popular, a través de las chacareras, zambas, vidalas, huaynos, gatos, cuecas y otros ritmos, que serán los preponderantes en el folclore nacional.


Chacarera:
Su origen es muy difícil de determinar pues son pocos los documentos de referencia. Sin embargo, y según la tradición oral se cree que nació en Santiago del Estero, más precisamente en Salavina. El hecho de existir en esta provincia chacareras con letrillas en quichua santiagueño, resulta un factor no desestimable a la hora de atender a esta teoría.2 3 A su vez, esta danza tiene una clara influencia indígena y africana, sobre todo en el toque del bombo legüero.
La mención más antigua que hay a la Chacarera fue hallada por Isabel Aretz, en las "Memorias de Florencio Sal", publicadas en Tucumán (en abril de 1913). En estas memorias, se dice que la chacarera se bailaba en Tucumán hacia 1850.2 3
La chacarera se comenzó a bailar en el noroeste de la Argentina, especialmente en la provincia de Santiago del Estero. El nombre viene del vocablo «chacarero», ‘trabajador en una chacra’ (chakra: ‘maizal’, en quichua santiagueño), porque generalmente se bailaba en el campo, aunque lentamente hizo avance a las ciudades.
A mediados de siglo XX, con la gran afluencia de migrantes internos, por la industrialización en la zonas fabriles, la chacarera llegó a Buenos Aires.
En los años sesenta, la chacarera aumentó su renombre, con el resurgimiento general del folclore argentino, en las voces de Los Chalchaleros (1948), Los Fronterizos (1953), Los de Salta(1958), Los Cantores del Alba (1958), Los Tucu Tucu (1959) , Hermanos Núñez (1965), Dúo Salteño (1967) y especialmente con la familia Carabajal (1967), que representa muchas generaciones de músicos y cantantes de chacarera, comenzando con Agustín Carabajal, compositor de la letra de «La Telesita»,Carlos Carabajal (que comenzó integrando el conjunto anterior), y después con Los Carabajal, de Peteco Carabajal (hijo de Carlos), de Roxana Carabajal, y de otros.
La chacarera se toca y se baila en muchas provincias de la Argentina, especialmente en Catamarca, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, y Jujuy, norte de Córdoba (ver particularmente las chacareras de Carlos Di Fulvio y del Chango Rodríguez). Si bien las variantes provinciales de la chacarera respetan la estructura musical de esta danza, armónica y rítmicamente cada provincia tiene sus características que le son propias.
Zamba:
La zamba, es un género musical folclórico bailable originado en Perú (como Zamacueca) y que aún se baila al natural en el noroeste de la Argentina, y también en la región sur de Bolivia (Tarija). Fue propuesta para que sea considerada la danza nacional de la Argentina.Los musicólogos coinciden en que proviene de la zamacueca, surgida en 1824 en Lima, en el momento en que el Perú obtenía su independencia liderado por el general argentino José de San Martín.
Su denominación como "Zamba" se refiere al término colonial que se aplicaba a las mestizas descendientes de indio y negra (o viceversa). La danza está diseñada para seducir a las zambas, y de allí su nombre, tanto en el Perú como en la Argentina.

Gato:
El gato es una música y danza folclórica de ArgentinaBoliviaParaguayChile y Uruguay, la cual tendría como influencia los ritmos picarescos que se irradiaban desde Perú a casi toda el área de América del Sur bajo influencia española.
Es considerado el más popular de los bailes de a dos, desde la primera mitad del siglo XIX hasta principios del siglo XX. Se trata de un baile alegre y ágil, de pareja suelta, ritmo vivo y picaresca expresividad. La pareja describe un juego amoroso, en el que el hombre persigue a la dama con elegancia y prudencia. Es bailado por todas las clases sociales y en todos los ambientes.


Escondido:



El escondido es un ritmo folklórico del norte de Argentina. En realidad es una variante larga de otro ritmo llamado gato (danza). Ambos son acompañamientos musicales de danzas criollas, que se siguen bailando, sobre todo en el norte del país. Se suele tocar con guitarrasbombobandoneón o violín, y pertenece a la familia de danzas de pareja suelta, como la chacarera. La música, en compás de 6/8, divide a la canción, como muchas de estas danzas, en dos partes iguales. El nombre de esta danza tiene que ver con una de las figuras de la coreografía, en la cual la mujer simula esconderse en un momento dado de la primera parte, y el hombre buscarla, y luego cambian de papel en la segunda parte.

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