SALSA:
Como la música, también el baile asociado a ella es una unión de estilos de baile afrocaribeños y europeos. Los orígenes vienen de la inglesaContredanse (también: contredance, Francés para: country dance; español: contradanza) del siglo XVII. En muchas figuras, la pareja se para enfrente en una postura de baile similar a la de los bailes de salón, en la que la mujer pone su mano izquierda sobre el hombro del hombre, el hombre pone su mano derecha en la cadera de ella y las manos libres se encuentran en el aire. La contradanza fue una danza grupal, la mayor parte de las figuras abarcaban dos compases 4/4, también ocho tiempos. Como en la square dance, había un caller (del inglés: ‘voceador’) que gritaba las figuras a bailar a las parejas en la sala. El caller se podía retirar durante una pieza y dejar solas a las parejas y a la música. A fines del siglo 19, evolucionó, para el baile de parejas, en el danzón.
Los caballeros coloniales franceses y españoles llevaron este baile de su tierra natal al Caribe. Un rol particular jugó la isla La Española. La Española fue, a partir del siglo XVIII, dividida en dos: Saint Domingue, francésa, la actual Haití, en el oeste y «Santo Domingo Español», la actualRepública Dominicana, en el este. Después del levantamiento contra el dominio colonial francés en 1791, los dueños de las plantaciones huyeron con sus esclavos a la parte oriental de la vecina isla (Cuba) y llevaron también sus costumbres, sus bailes y su música. En el cubano Oriente se mezclaron la marimba y la tradición de baile africana con la música de guitarra de los granjeros españoles.
Los colonialistas españoles se consideraban frecuentemente a si mismos como misioneros y buscaban reprimir la herencia cultural y religiosa de sus esclavos. Al contrario de los esclavos españoles, los franceses tuvieron mucha más libertad para preservar su herencia cultural y religiosa. Estas tradiciones jugaron, especialmente en las festividades religiosas, un importante rol. La música aquí fue comprendida como vivencia comunitaria, una participación de distintos grupos. Algunos tambores tocaron siempre un ritmo repetitivo, mientras otros entremezclaron ritmos que se identificarían con las correspondientes divinidades. Estos ritmos podían ser muy complejos y llegaron a ser en el curso de las session cada vez más sincopados y variados, de modo que existía el riesgo de perderse. Por este motivo, un tamborilero ‘principal’ (en alemán: Vortrommler) toca la clave—un ritmo básico, al cual se orientaban todos los otros—. Mientras la clave tocaba, todos los tamborileros estaban sincronizados a pesar de su polirritmia.
Los espectadores, quienes no tenían tambores, no permanecían entretanto inactivos. Ellos apoyaban el ritmo mediante zapateos o palmoteos. Quien no zapateaba o palmoteaba, llevaba el ritmo con su cuerpo: mediante movimientos con los hombros, tronco, caderas, rodilla, etc. Tales elementos de tambor y de baile encuentran ahora acceso al baile de salón. Ellos fueron, sin embargo, siempre considerados con desconfianza por la elitista alta sociedad en Cuba: muchos movimientos africanos en el baile fueron considerados forma de baile ‘obscena’ de la clase baja. El danzon ha resistido exitosamente con sus pausados y expresivos movimientos hasta la actualidad; también en el son cubano se distingue el elegante de la ciudad «urbano», donde el hombre permanece frecuentemente tan sólo en el mismo lugar y la mujer se desplaza alrededor de él, y el rural montuno con muchos movimientos de brazos y de torso.
Aparte de la referencia religiosa, el baile tenía siempre, también, una importante función para encontrar un compañero adecuado y para la conquista de una mujer. El guaguanco cubano y la cumbia colombiana son bailes publicitarios. El baile adquirió, pues, una connotación erótica: las parejas se presentan en el baile, frecuentemente con mucha ostentación de los hombres. La sensualidad en el baile no quiere decir, forzosamente, un estrecho contacto corporal —los compañeros giran alrededor de ellos mismos, en muchos bailes caribeños, sin tocarse—. Así, la salsa del continente será danzada casi exclusivamente abierta, en ella, generalmente, el hombre guía a la mujer con sólo una mano. Durante la rotación, este gira al mismo tiempo que la mujer, lo que da al baile el carácter de baile de ‘vueltas’.
Como la salsa en los años setentas en Nueva York fue haciéndose progresivamente más popular, se formó aparejado a la nueva música, también, un estilo de baile: el estilo Nueva York —originado por las escuelas cubanas y puertorriqueñas y enriquecido mediante una multitud de otros elementos de escuelas de baile—. Al final de los años ochenta, había alcanzado también la costa oeste de los Estados Unidos de América y se manifestaba allí como estilo Los Ángeles. En los hechos, las diferencias entre los estilos y escuelas individuales no son serias; quien domina uno de estos estilos de baile puede bailar, también, con compañeros de baile de otras escuelas. Sin embargo, se diferencia algo la dirección con el estilo Nueva York de la dirección del estilo cubano, puesto que este último no es bailado sobre una línea, sino en movimientos circulares alrededor del compañero. Todos estos estilos comparten el paso básico y la vuelta básica del Cross-body lead. El estilo de baile casino cubano ha influenciado en la forma de bailar en la cumbia mexicana el cual expandió este estilo de baile ha influenciado toda Latinoamérica hasta los estados del sur de los Estados Unidos de América.
MERENGUE:
En sus orígenes, el merengue era interpretado con instrumentos de cuerda (bandurria y/o guitarra). Años más tarde, los instrumentos de cuerda fueron sustituidos por el acordeón, conformándose así, junto con la güira y la tambora, la estructura instrumental del conjunto de merengue típico. Este conjunto, con sus tres instrumentos, representa la síntesis de las tres culturas que conformaron la idiosincrasia de la cultura dominicana. La influencia europea viene a estar representada por el acordeón, la africana por la tambora que es un tambor de dos parches, y la taína o aborigen por la güira.
Aunque en algunas zonas de la República Dominicana, en especial en el Cibao y en la subregión Noroeste, hay todavía conjuntos típicos con características similares aquellos pioneros, este ritmo fue evolucionando durante todo el siglo veinte. Primero, con la introducción de nuevos instrumentos como el saxofón y más tarde con la aparición de orquestas con complejas secciones instrumentales de vientos.
La evolución del merengue de letra decente para amenizar una de sus rumbas. A partir de entonces, se diseminó muy rápidamente por todo el país.
Como fueron músicos cultos los que fijaron la forma musical del nuevo merengue, los músicos populares trataron de imitar y seguir este modelo mientras que el hombre de campo continuó tocando el merengue en su forma original. Esto dio origen a dos formas de merengue: el merengue folclórico o típico, que aún se encuentra en los campos, y el merengue de salón, propio de los centros urbanos. De esta manera, desplazó a algunos otros bailes típicos como la tumba, que requería gran esfuerzo físico y mental, mientras que la coreografía del merengue, en la que el hombre y la mujer no se sueltan nunca era bastante simple, aunque poco a poco fueron desarrollándose diversas figuras para este baile de salón.
La palabra mambo es usada para denominar un género musical y un baile originario de Cuba. El mambo fue inventado durante los años 30's porArsenio Rodríguez, 1 desarrollado en la Habana por Cachao y popularizado por Dámaso Pérez Prado , José Curbelo y Benny Moré.
La palabra mambo es de origen africano, de la región del Congo, algunos lo han traducido como "conversación con los dioses", conversación, conocimiento. También se les llama mambo a las sacerdotisas vudú en Haití. Luego la palabra mambo es utilizada por Arsenio Rodríguez para designar a al estilo musical que ideó. En aquellos tiempos, Lopéz Cachao formaba parte de la orquesta charanga de Arcaño y sus Maravillas, estilo el cual llamaron mambo del danzón. Luego Dámaso Pérez Prado y Beny Moré hicieron popular otro género musical con el mismo nombre en la Ciudad de México. Perez Prado tomo la síncopa de el son montuno y el nombre mambo, del danzón de Orestes, y creo un nuevo género musical afincados en la base del son montuno integrándole nuevas melodías, saxofones y trombones haciéndolo famoso en el resto del mundo a finales de la década del cuarenta y también en los años cincuenta.
El mambo se desarrolla a partir del danzón, el baile nacional de Cuba y el son montuno de Arsenio Rodriguez, el danzón en los años 30 fue el género más popular en las pistas de baile habaneras. En 1940 el son cubano evolucionó hacia un tempo más acelerado con la incorporación de laconga, piano y otra trompeta en el conjunto de Arsenio Rodriguez que fue incorporando estilos cada vez más atrevidos y agresivos. La interdependencia creciente entre músicos y bailadores hizo posible que la percusión fuera adquiriendo poco a poco un papel cada vez más predominante. De igual forma, los arreglos orquestales de Dámaso Pérez Prado, le aportaron una sonoridad nueva, sin precedentes hasta ese entonces. En los años siguientes se fusionarían también el mambo y el jazz afrocubano.
El mambo se baila siguiendo un ritmo sincopado, con cuatro pasos por compás, o sea 4/4, nota musical tomada del son cubano y trasmitido al son montuno en el cual se apoya la base de el mambo de Perez Prado y de José Curbelo. Se marcan los cuatro tiempos, con movimientos fuertes y frecuentes flexiones de las articulaciones de pies y brazos. Este es un baile "fuerte" que requiere velocidad de pies, mucha energía y pocas inhibiciones.
En la actualidad el mambo es uno de los ritmos latinos que se enseñan en clases de baile de salón, aunque en muchas escuelas tiende a confundirsele con el son montuno o guarachacomercialmente llamados salsa en Nueva York.
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